Colombiamoda: pasarela de flores

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Al menos siete colecciones en las pasarelas Colombiamoda inspiradas en flores. ¿Es este un síntoma de poca originalidad que debería preocuparnos? ¿Es una tendencia a la que todos apuntan?
Aquí lo que pienso.


Comienzo contándoles que tuve la oportunidad de charlar un rato con Lizzy Bowring, la cabeza de análisis de pasarela de WGSN, una amable y talentosa experta cuyo trabajo es traducir lo que desfila en las mejores ferias del mundo para interpretar tendencias (un trabajo soñado).

Mientras Lizzy me enseñaba imágenes de los jardines ingleses cubiertos de rosas que pasa a diario cerca de su casa, yo le contaba sobre los campos de flores que nuestros campesinos prepararon para esta semana, que se convertirán en silletas coloridas y desfilarán con el legado más precioso de nuestra Antioquia en la Feria. Ambas mujeres compartíamos la sensación de orgullo por esa naturaleza nativa y fascinación por la del otro continente. "¿Cómo no va la moda a inspirarse en las flores cada primavera si es algo conmovedor verlas llenar todo de vida otra vez?", le decía yo a mi interlocutora inglesa, pensando en ese cliché de la tendencia floral.

El jardín creado por las pasarelas de Colombiamoda tiene especies muy diferentes y cada diseñador supo contar algo nuevo. Detrás de las rosas inglesas y las orquídeas antioqueñas hay historias distintas, igual detrás de las flores de Jorge Duque, Andrés Pajón, Darío Cárdenas, Pepa Pombo, Johanna Ortiz, Leal Daccarett y Kika Vargas.

DUQUEVELEZ de Jorge Duque: flores latinas

"Latina Estéreo" es el nombre de esta colección que nos regresa a la época turbulenta que vivió nuestra ciudad entre los 80 y los 90. La salsa marcó el ritmo de esta pasarela con espíritu latino y toques de pop en la que Jorge Duque también hizo énfasis en la violencia y el narcotráfico.

Inspirado por las obras de los artistas Juan Fernando Herrán y Pedro Ruiz, se cubrió de amapolas toda la colección, tiñendo las faldas de un rojo intenso. Los bulbos antes del florecer también envuelven  maxivestidos y gabardinas, pues es de ellos que se extrae la goma para producir el opio.



Las flores no son los únicos símbolos del pasado de Medellín. La droga y el tráfico de sustancias se representaron de forma ingeniosa a través de avionetas pequeñas sobrevolando cultivos de marihuana (las mismas avionetas aterrizaron luego sobre trajes en gris asfalto, pensando en las pistas ilegales de la mafia paisa).

Dos elementos ingeniosos para destacar: 

1. Jorge siempre experimenta con materiales novedosos, es una de las cosas que más me gustan de su trabajo. En esta ocasión, un insumo con apariencia de madera sobre corpiños y chaquetas. 
2. Los pequeños parches sobre vestidos y camisas remiten al grafiti de la época, tienen flores, frutas y hasta animales como los que ciertos mafiosos tenían en sus haciendas. Llegó la tendencia emoji y Jorge la aplica con astucia.



Andrés Pajón: orquídeas de Medellín

Una de mis pasarelas favoritas, en la que además se trabajó con talentos como Sanangel SNG para el calzado, Natalia Melguizo para los bolsos (inspirados en carrieles) y La Libertad para la joyería. 
La colección se pensó como un tributo a Medellín: el color de sus atardeceres y la exhuberancia de sus flores. Para las siluetas, el diseñador tomó nota de la tradición sartorial de la ciudad durante los años 40.

Las orquídeas creadas por La Libertad fueron más que simples accesorios, aportando riqueza gráfica como aplicaciones en las mangas y los frentes de las chaquetas.



 

Darío Cárdenas: flores fumigadas

Había anticipado una propuesta interesante de Darío y así fue. Una colección de contrastes: negro vs. rojo, azules y verdes; looks deportivos vs. vestidos de silueta femenina; naturaleza vs. transgénicos. La fuerza de la historia estuvo en los gráficos. 
Las flores, representación de esa naturaleza amenazada, llegaron como estampados digitales y bordados, algunas con un toque naif encantador: pequeñas mujeres embera sentadas sobre sus centros.




Además de flores, se destacaron aviones fumigadores y repeticiones de fotos de maíz multicolor, una planta hermosa que parece una joya. Lo que más me gustó son las imágenes tribales de esa madre tierra como una diosa embera. Hay un poder latinoamericano presente siempre en las colecciones de Cárdenas, tal vez la razón por la que admiro su trabajo.


El diseñador presentó por primera vez una colección masculina. Las siluetas utilitarias de overol y chaqueta me parecen un acierto, especialmente con los sneakers elegidos, aunque creo que la prenda más ganadora será el buzo con la granada-piña.



Ya que la colección es colaboración con New Balance, no puedo seguir sin mostrarles mi calzado favorito. Me encanta que ahora sea posible usar sneakers con todo.



Pepa Pombo: flores de pixel

"Pixel Paradise" es el nombre de esta colección en la que Pombo mezcló el pasado y el presente de forma idealista: recuerdos del mundo análogo, representados por la técnica del punto de cruz, llevados a lo contemporáneo que se expresa a través del pixel. 

Algo tan tradicional como las flores bordadas toma un giro fresco en estampados gigantes y pixelados. Podría parecer una colección atrapada en la nostalgia, pero las siluetas son totalmente vigentes y muy deseables: enterizos, vestidos largos, chaquetas y abrigos doble faz, tops y vestidos asimétricos.

Lo que más me gustó fue la amplitud de la paleta de color: pasó de rojo a mandarina, morado, amarillo, mostaza, verde esmeralda, negro y azul rey. Si Medellín no fuera tan caliente para esos tejidos, lo usaría todo.

 


Johanna Ortiz: orquídeas Bardot

Johanna sabe hacer ropa que las mujeres mueren por lucir. Sin importar la temporada o la tendencia, sus piezas se convierten en objetos de deseo inmediato. Sin temor a drapeados, pliegues y amarres, esta diseñadora llegó al balance entre ajuste y volumen, con unos toques de sabor tropical (aunque siempre me da la impresión de que sus prendas solo funcionan en cuerpos de más de 1,80).

Las orquídeas, referentes de la colección, se pusieron de manifiesto en los estampados de maxivestidos y faldas. Aunque la forma más interesante de interpretar estas flores vino en los juegos de volantes y recogidos sobre el torso y los brazos, dándole protagonismo a los hombros desnudos (hablo de las camisas de escote Bardot que tienen enloquecidas a las fashionistas). Esta silueta viene con fuerza para el segundo semestre y Johanna es experta en interpretarla. 



Leal Daccarett: flores de miel

En una de las entradas más populares de este blog les conté que venía una tendencia inspirada en la ilustración botánica. El dúo creador de Leal Daccarett se inspiró en los diarios botánicos de José Celestino Mutis para traer flores y naturaleza a su colección. 




El tema central de este discurso natural fueron las abejas, una especie esencial para nuestra supervivencia y cuya población se ha reducido de forma alarmante en años recientes. Las modelos emergieron de un gran panal llevando maxivestidos, faldas ajustadas y hasta brassieres visibles (eso como que no me convenció mucho). También le apostaron a las camisas de escote Bardot y a los volantes en las piezas más comerciales de la pasarela.


Para esta pareja de diseñadores son esenciales las técnicas artesanales y en este caso emplearon bordados de pedrería sobre ciertos complementos y flores en técnica de tela sobre tela envolviendo las faldas con delicadeza. Incluso salieron piezas pintadas a mano por la artista Nicole Furman. 

Las gorras fueron tema controversial y yo aún no me decido. Creo que tal vez en otro contexto más callejero podrían ser interesantes.

Además de patrones hexagonales imitando los panales en ciertas telas, lo más antojador de esta pasarela fueron las pequeñas joyas de abejas en las orejas de las modelos (¡encantadoras!).



 Kika Vargas: flores de cerezo

"Sakura" fue la colección de cierre de la feria, un ejercicio suntuoso y maximalista en el que los cuerpos se cubrieron de pliegues, volantes y lujosos textiles inspirados en oriente. La indumentaria japonesa fue el punto de partida para Vargas, buscando mezclarla con la precisión técnica de la costura italiana. 

En entrevista con la Agencia Efe, Vargas confesó que en sus bloqueos creativos busca las flores para volver a inspirarse. Tal vez por eso las flores participaron dándole textura a los vestidos en diversas interpretaciones gráficas que invitaban a mirar con lupa cada tejido exquisito de seda y jacquard, pues el textil fue uno de los puntos más fuertes de la colección. 

El tema floral también se leyó en los excesos de boleros, recogidos y pliegues luchando a la vez por llamar la atención. No como flores de cerezo, sino como pasa con las rosas o los claveles rebosados de pétalos, que mantienen su armonía.




La mezcla de tantas texturas y detalles sobrecargados de información se equilibró con las siluetas largas y sobredimensionadas, igual que los tonos suaves que dominaron la pasarela. Los looks finales atrapan de verdad ese espíritu japonés, aunque yo me pregunto qué tan comerciales son estos kimonos de lujo.


 Agradecimientos a Inexmoda y Cámara Lúcida por las fotografías de uso libre.

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