Más allá de la fijación generacional con esta década, más allá de la nostalgia cubierta por un velo idealizado, sigue siendo fácil añorar una época marcada por cierto desencanto con la opulencia de los 80s, una pérdida de brillo del lamé y el charol, una indiferencia y rebeldía vestimentaria, elementos de seducción andrógina, denim aplicado en todo tipo de prendas, lavados ácidos, tie dye, recuerdos de psicodelia combinados con texturas industriales, rotas, ásperas.
Bellísima década de las leñadoras grunge, de los overoles, los pantalones de corduroy y terciopelo, las combinaciones de bocadillo, los vistosos logos de las grandes marcas. Personalmente tuve poca conciencia de mi estilo personal en esta década (ni me peinaba) pero ahora vuelvo a ella, con ojos abiertos y deseos de hacerla mi inspiración.
(¡Me muero por ese vestido de terciopelo de Madonna!)
Rock on, nineties kids.
Para mí los 90´s son lo mejor en música y ropa!
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