Recientemente tuve la oportunidad de ver una clase sobre vocabulario de la moda con Anabel Vázquez (@anabelvazquez), periodista española con mucha experiencia escribiendo sobre este tema. Anabel no solo nos regaló una amplia lista de términos de moda tanto en español como en inglés y francés, sino que además discutió con nosotros la preferencia por extranjerismos en esta industria.
El tema es bastante relevante y el español ha intentado seguir el paso creando un equivalente para términos de otros idiomas pertinentes a la comunicación de moda. Justamente esta semana me compartían por Twitter la lista de la Fundéu “Moda: 14 extranjerismos con equivalente en español” y me pareció importante reflexionar sobre el asunto.
El tema es bastante relevante y el español ha intentado seguir el paso creando un equivalente para términos de otros idiomas pertinentes a la comunicación de moda. Justamente esta semana me compartían por Twitter la lista de la Fundéu “Moda: 14 extranjerismos con equivalente en español” y me pareció importante reflexionar sobre el asunto.
Aquí algunos argumentos a favor de los extranjerismos que surgieron de aquella clase con Anabel:
La velocidad del lenguaje
La moda está en un proceso de constante
innovación y, paralelo a eso, de invención o incluso robo de nuevas palabras.
Estas nacen casi siempre del inglés o del francés, incluso del italiano, y el
español no siempre tiene un equivalente vigente para el momento preciso. Lo que
se escribe sobre moda debe ser a veces
más veloz que las tendencias.
El significado detrás de la palabra
Atelier de Yves Saint Laurent.
Aprovecho y les chismoseo que estuve conociéndolo :)
El metalenguaje, como diría
Roland Barthes…
No.
Realmente no voy a aburrirnos a todos citando a Barthes.
Diré que la justificación de que ciertos objetos de moda deban su nombre al francés está absolutamente ligada a la historia de la moda como tal y a su deuda con la industria francesa. De esta manera, es imposible separar la palabra atelier de un significado más allá de la básica traducción (taller). Si hablamos de un atelier de diseñador estamos evocando un saber hacer, una maestría y una seriedad propia de las históricas casas de moda francesas.
No.
Realmente no voy a aburrirnos a todos citando a Barthes.
Diré que la justificación de que ciertos objetos de moda deban su nombre al francés está absolutamente ligada a la historia de la moda como tal y a su deuda con la industria francesa. De esta manera, es imposible separar la palabra atelier de un significado más allá de la básica traducción (taller). Si hablamos de un atelier de diseñador estamos evocando un saber hacer, una maestría y una seriedad propia de las históricas casas de moda francesas.
Anabel añadía algo sobre las
palabras en inglés: a la industria norteamericana le debemos grandes avances en
términos de comunicación de moda y marketing
por igual. Quienes se relacionen con el medio publicitario sabrán que en un
diálogo sobre estos temas aparecen constantemente palabras y conceptos tomados
del inglés.
(Por cierto, Barthes sí tendría
cosas importantes qué decir sobre esto. Si les trama, lean El Sistema de la
Moda)
Lectura en varios idiomas
La moda es un campo completamente
globalizado y el público lector suele recurrir a revistas, blogs y medios
internacionales para informarse al respecto (nuestros medios nacionales son insuficientes para comprender el panorama internacional en tiempo real). El inglés y el francés son
inevitables al buscar información actual sobre una colección, un lanzamiento o
una tendencia y en este sentido se apunta a cierta universalidad de términos. No
se trata de crear equivalencias en cada idioma –a menudo forzadas– sino de
unificar un lenguaje técnico. Como ejemplo les dejo “blue jean”, maravilloso
concepto, cargado de historia, rebeldía y juventud, vs. la palabra bluyín, vergonzoso
invento del castellano que intenta reducir la magia de esta palabra a sus fonemas. Nunca usaría voluntariamente la palabra yín para hablar de una prenda que amo y disfruto tanto.
También les ofrezco algunos argumentos en contra de los
extranjerismos:
(Si, elegí comic sans PORQUE NO TENGO DIOS)
“I can talk Washington too”
Resulta que usar un extranjerismo es
como llevar una prenda de un país exótico: vistiéndola creerás que te ves muy
culto, pero si no la usas correctamente, puedes pasar una vergüenza y enredar el mensaje. No tiene sentido que utilicemos un término complicado si no estamos
completamente seguros de lo que abarca. Lo mismo aplica para la ortografía,
pues no sirve de nada decir que una prenda se ve chick*cuando realmente estás diciendo que parece pollito y no que
es chic,
estilizado y elegante.
*Basado en hechos de la vida
real.
(El paralelo entre palabras y moda
es un hábito heredado a Alison Lurie, quien habla sobre el tema en un maravilloso e inspirador libro llamado El Lenguaje de la Moda)
Esta pregunta es fundamental para saber si los
extranjerismos deben usarse o evitarse. No tiene sentido que alienes a quien te
lee con palabras que sabes que desconoce. No tiene sentido que hable de un décolletage solo para hacer a mi lector
buscar en Google, cuando simplemente puedo referirme a un escote pronunciado. Se debe buscar que el uso de estas palabras sea práctico o pertenezca al estilo del texto.
(Nada dice décolletage con la contundencia de Christina Hendricks)
Recomendaciones
Aunque bluyín sea un ejemplo
horrible de la clase de monstruos que puede producir la RAE intentando combatir
los extranjerismos, lo cierto es que hay muchas palabras que sí tienen un buen equivalente
castellano. Cárdigan en vez de cardigan, suéter
por sweater, estampado sobre print, etc. Y también es importante recordar que el extranjerismo en un texto va en cursiva.
El vocabulario de la moda es bastante amplio y se renueva. Es bueno actualizarse constantemente. INEXMODA nos enseña sobre términos de moda en sus excelentes álbumes de facebook. Recomiendo consultarlos y aplaudo su iniciativa.
El poder del idioma nos permite
acercarnos a nuevos lectores o alejarlos por completo. El uso de extranjerismos
en exceso puede ser una herramienta de exclusión (¿para qué ponerse de pretenciosos?).
En vez de usar términos oscuros y confusos, sería una experiencia más positiva enseñar a nuestros lectores el
significado de estas palabras.
Cierro este texto regalándoles una que me gusta mucho: Stiletto, el tacón de aguja. Debe su nombre a un tipo de daga italiana de hoja muy delgada utilizada en la edad media. Una palabra bella y muy peligrosa.
Cierro este texto regalándoles una que me gusta mucho: Stiletto, el tacón de aguja. Debe su nombre a un tipo de daga italiana de hoja muy delgada utilizada en la edad media. Una palabra bella y muy peligrosa.
Excelente post. Me gustó especialmente el punto que hablábamos el otro día, sobre tener en cuenta el perfil de nuestros lectores.
ResponderEliminarAl final, creo que todo se reduce a usar las palabras que cumplen con dos objetivos: son realmente equivalentes al extranjerismo y tienen su cuota estética.