Fashion Revolution Day




¿Quién hizo la prenda que usas en este momento?

Yo confieso que a duras penas identifico las marcas que estoy usando. Aunque trabajo en esta industria y conozco algo de sus prácticas cuestionables, tal vez no hago lo suficiente por asegurarme de que compro moda ética y creo que a muy pocos colombianos les importa ese tema.
Pienso que tiene que ver con las condiciones socioeconómicas de nuestro país. La mayoría de la gente en Colombia no tiene la ética en la cabeza a la hora de comprar ropa. El precio bajo es el argumento ganador y luego tal vez vendrá la marca de la prenda (que sea visible, así sea falsificación) y que sea algo de tendencia.


Decimos 'moda ética' porque se fabrica con salarios justos para los confeccionistas -además de insumos que no dañen el ambiente- y eso inevitablemente implica un precio más alto, que el colombiano promedio solo pagaría por una prenda llena de cosas brillantes o logos reconocidos.


No me parece que la ética -que implica la reflexión y la profundidad- encaje fácilmente con la moda, efímera e irreflexiva en su naturaleza. Creo que además no se trata de comprar muchas cosas ecológicas o sostenibles sino de comprar MENOS.




El avance en consumo consciente de moda es gracias al acceso a la información. Hoy en día nos enteramos de lo que pasa al otro lado del mundo, nos conmovemos cuando un desconocido comparte una causa trágica, nos indignamos cuando un activista en algún país en guerra denuncia la censura de su gobierno.

Tiene sentido entonces que ahora la moda ética se apoye en ese acceso a la información para llevarnos a pensar diferente.

Una idea tan difícil tardaría décadas en convertirse en parte de nuestra cultura y nuestra política. Afortunadamente, ya empezamos a movernos, a intentar reprogramarnos para transformar esta industria hacia prácticas más amables.

La pregunta sobre quién hizo nuestra ropa no es nueva. La marca IOU Project lleva años ofreciendo una respuesta bastante específica. Trabajando con artesanos en India, IOU ve el concepto del comercio de moda como una cadena en la que cada persona que trabaja en la prenda es un enlace, igual que el comprador final.
En su web, es posible rastrear la historia de todos los artesanos que trabajan en tus prendas y aprender algo sobre sus vidas. La compra de moda deja de ser una transacción vacía y se convierte en un vínculo con personas al otro lado del mundo.

Revolución de la Moda


El 24 de abril se realizará el Fashion Revolution Day, una forma de conmemorar a los 1133 muertos y más de 2500 heridos con el colapso de la fábrica Rana Plaza en Dhaka, Bangladesh, en esta fecha en 2013. Esta tragedia llevó a cuestionar las condiciones laborales de quienes trabajan produciendo las prendas que nos ponemos a diario.



La artista Yolanda Domínguez realizó una acción urbana inspirada en los sucesos del 24 de abril de 2013 con el derrumbe del edificio de Rana Plaza en Bangladesh. El término "víctimas de la moda" pasa de definir a los fashionistas obsesionados con las marcas a representar a los trabajadores explotados por esta industria, sepultados bajo los escombros de las fábricas.



En Inglaterra, España, Estados Unidos y también en Colombia, el grupo de Fashion Revolution te hace solo una pregunta: ¿Quién hizo tus prendas? 

Ese 24 de abril, personas de todo el mundo compartirán fotos de las prendas que usan, al revés. Con el tag #InsideOut, puedes mostrar el interior de tu prenda y sus marquillas, para mostrar quién las hizo y dónde. Que las marcas entiendan que nos importa saber dónde confeccionan y cómo garantizan la calidad de vida de sus trabajadores. 

Carry Somers, fundadora de Fashion Revolution,
comparte esta imagen de Zoila Morocho,
quien elabora sombreros en Ecuador.



Viviendo en una ciudad como Medellín, con una historia ligada profundamente a la industria textil, en la que casi todas nuestras abuelas eran modistas, confeccionistas o al menos tenían su propia máquina de coser, me parece muy difícil no sentir empatía por quienes en otros lugares del mundo trabajan en este medio sin que sus derechos valgan. 
Hemos visto cómo, en años recientes, las grandes marcas nacionales han dejado de producir en Colombia por irse a países donde todo es más barato (barato porque le pagan menos a los empleados y la legislación en derecho laboral es más flexible). Si de verdad nos importa, ¿por qué no hacer algo al respecto?



En Bogotá, el colectivo Ecochic se une a esta iniciativa con una maravillosa propuesta: el trueque de moda. En el evento será posible aprender más sobre moda ética y ser parte de un tipo de transacción de moda bastante diferente.

Los trueques (Swap Parties, en inglés) se hacen en todo el mundo desde hace años, para que intercambies una prenda que ya no usas con alguien en las mismas condiciones. No solo es la oportunidad de renovar el closet sin gastar un peso, sino que evita el desecho de productos que tal vez están aún en perfectas condiciones.



Si de verdad la ropa apasiona, este puede ser el momento para descubrir que las nuevas tendencias son más que un asunto de siluetas y colores. A veces se trata de formas innovadoras de ser parte del ciclo de consumo. Ya va siendo momento de que la ética se ponga de moda.




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