Vestido y Sombrero Grabado en linóleo Diana Gómez |
La verdad es que me inclino a comprender su postura,
especialmente desde el escenario colombiano, donde los blogs aparecen como la
materialización de un deseo por ser parte de un mundo de élite, de llenar un
altar de amor propio, de ser considerados importantes por las marcas o incluso
de recibir regalos, como señala Catherine Villota, editora de Fashion Radicals
en su columna en El Colombiano sobre este mismo tema.
Los puntos que parecen separar en la definición al blogger del
periodista de moda son el lenguaje, la objetividad y las prioridades a la hora
de escribir sobre un tema. Al parecer al blogger le corresponde la candidez de
la subjetividad mientras el periodista debe mantener una mirada seria y un
enfoque investigativo.
La verdad es que en la lectura de medios especializados y
blogs sobre moda nacional, se me hace evidente una falta de criterio para
elaborar miradas profundas en torno a la moda. Medios nacionales que copian y
pegan comunicados de prensa; comunicados de prensa hechos sin una intención de
realmente mover al periodista hacia los elementos más relevantes de una colección,
un producto, una marca; bloggers que se
quedan en adjetivos trillados y imparcialidades que poco interesan. Elogios
insípidos de que “todo es divino, me encantó, me enamoré, espectacular…” pero
faltan los por qué.
Siempre he sentido que existe una hermosa correspondencia entre
vestuario y palabra, un vínculo que podría aprovecharse, un reto para intentar
desde las palabras hacer de la moda un tema más claro, lograr con el lenguaje
que la indumentaria deje de ser vista como un asunto frívolo y pasajero, ¿cuántas
personas que escriben sobre moda en este país realmente se apasionan por las
palabras?
Entre bloggers y periodistas, creo que estas son
oportunidades de crecimiento. Establecer una crítica de moda sólida en el país,
fortalecer la industria nacional depende de la capacidad investigativa y
analítica de que quienes tienen el privilegio de ser leídos. La subjetividad
puede ser una gran herramienta para mover al lector, las opiniones personales del
blogger tendrán una franqueza que los medios oficiales envidian, pero para ser
tomados en serio por los diseñadores, las instituciones y los generadores de
espacios de moda se necesitan menos egobloggers y más conocimiento.
¿No les cansa leer siempre textos que se limitan a describir
lo que sucede en la pasarela? “Estas son las siluetas, estos son los colores,
las texturas que aplicó fueron estas…”
¿Y los posts de blog que aseguran que una colección es
bella, bellísima, hermosa, la más increíble colección?
Pero, ¿Qué significa todo eso? ¿Por qué es bello? ¿Por qué es
bueno? ¿Qué intenta decirnos el diseñador?
"La moda es un tema frívolo, de mentes blandas". Combatir
estas definiciones nunca será posible si las lecturas vacías continúan siendo las
fuentes de información sobre moda. Si sentimos amor por las prendas y amor por
las palabras, escribamos con pasión y apoyemos esa pasión en argumentos, lo
mejor que puede suceder es que logremos nuevas convicciones y renovemos las
propias.
Muy buen articulo, tienes toda la razón, en el país no hay un criterio ni una critica de moda, todo es divino, todo es fabuloso, y no es así! Al lector se le debe el respeto de la buena y objetiva crítica sin miedo a las retaliaciones. La diferencia entre un periodista y un bloguero es que el periodista de moda debe hacer uso de la palabra tal cual como mencionas para llegar al punto. El bloguero no es periodista, el bloguero es y debe ser un "tastemaker", un influenciador o influenciadora, un o una “productora de gusto”.
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